Las minicentrales y la falta de vigilancia acrecientan el problema
Los cauces leoneses acusan diversas problemáticas que ponen en peligro a las truchas y reclaman mayor atención administrativa para encontrar soluciones.
Los principales peligros para las truchas se centran en la proliferación de vertidos contaminantes, en las extracciones abusivas de áridos, en las canalizaciones desmesuradas, en la falta de caudales ecológicos, en la proliferación de especies invasoras que diezman las poblaciones trucheras y en la excesiva presión pesquera que soportan los ríos de la provincia.
A todos estos factores, hay que añadir otros dos problemas que preocupan de manera especial en la época estival y sobre los que se cuestionó al jefe de la sección de pesca del Servicio Territorial de Medio Ambiente de León, Javier Sancho Fernández.
Llegado el verano, parte de la guardería se desplaza al monte para la prevención de incendios y los ríos pierden vigilancia. Ante esta situación, muchos aficionados se plantean la implantación de vigilancia especializada para paliar el problema. Por su parte, Sancho Fernández asegura que no tiene conocimiento de que se vaya a implantar este sistema, ya que la vigilancia está encomendada al Cuerpo de Agentes Medioambientales con cometidos sobre la materia, pero si hay que contar con una buena organización de tareas para ser capaces de mejorar.
Con la escasez de caudales propia de la época veraniega, las minicentrales eléctricas pueden resultar muy perjudiciales para la pesca y cada día se producen más concesiones. El futuro de los ríos leoneses presenta dos opciones, bien llenarse de estas instalaciones o hay poner algún tipo de freno. Desde este línea, el jefe territorial de pesca matiza que las concesiones son competencia del Organismo de Cuenca y los proyectos se someten a Evaluación de Impacto Ambiental por el Ministerio de Medio Ambiente. En el caso de ser un proyecto que se deba someter al procedimiento, los afectados pueden plantear las alegaciones que consideren oportunas para frenarlas.